Exploración el Mekong: los ríos del sureste de asia

Mekong, al pronunciar estas palabras, se abren las puertas de nuestra mente hacia el sudeste asiático y un sueño de aventuras rodeadas de misterio. Desde China hasta Laos, Birmania, Tailandia, Camboya y finalmente Vietnam, estos seis países se benefician de su presencia. Pero es en Vietnam, en su delta, donde se manifiesta toda su generosidad.

Mekong, padre nutritivo.. 

Es en el sur de Vietnam, después de un largo viaje lleno de cascadas, rápidos y espacios tranquilos donde puede tomar un respiro, que el Mekong, enriquecido por sus nueve brazos cansados de tanto esfuerzo, viene a relajarse. Una pausa de corta duración, ya que debe librar una batalla diaria contra el enemigo de su territorio, repeliendo el agua de mar y la sal destructiva que transporta. Este sistema hidráulico creado así se convierte en una fuente de vida para los habitantes y la naturaleza que los rodea.

Este gigantesco embalse de agua dulce ofrece un sistema de riego natural muy eficaz en armonía con la marea. (Marea baja, me seco; marea alta, riego).

Estos nueve brazos se han enriquecido con el tiempo con innumerables canales naturales o excavados por el hombre, lo que recuerda a las arterias y venas del cuerpo humano. Así, con los pies en el agua y la cabeza al sol, la madre naturaleza no puede sino florecer, estimulada por el aporte de sedimentos que ofrece el Mekong. Arrozales, huertos, verduras, flores, todos deben su existencia a este río.

Qué alegría aventurarse por estos pequeños caminos cementados en el corazón de esta campiña, donde en cada curva, en cada puente cruzado, es un nuevo descubrimiento. Convivir y detenerse con los habitantes sonrientes y orgullosos de mostrar su trabajo, responder a los «Hello» de los niños que circulan por los diques, todos estos intercambios espontáneos son pequeñas alegrías.

Delta del Mekong, vías de transporte y comunicación

Esta multitud de vías fluviales que surcan esta región ofrece posibilidades de transporte de todo tipo e impone todo un universo de puentes para armonizar la tierra y el agua, facilitando así todos los desplazamientos y los intercambios. Aunque a veces el Mekong exprese su ira inundando las tierras, sabe cómo hacer las paces ofreciendo una gran variedad de alimentos acuícolas.

Desde el amanecer, una flotilla de barcos, con el vientre lleno de frutas y verduras, se organiza en un mercado flotante donde los comerciantes vienen a abastecerse. Un ejemplar del producto ofrecido se fija en la parte superior de un pequeño mástil a modo de letrero para facilitar el acceso a los compradores.

Embarcarse en un crucero por el Mekong permite descubrir el mundo de los pescadores, las actividades a lo largo de sus orillas, los hornos de ladrillos, las piscifactorías, las barcazas cargadas de materiales meciéndose con el chapoteo de las olas contra el casco del barco. También es muy agradable adentrarse en una barca por los canales en el corazón de esta naturaleza florida y verdosa, desembarcar para saborear la cocina vietnamita acompañada de una bandeja de frutas locales, todo ello disfrutado a la sombra de una casa de la época colonial que nos transporta a la historia de Indochina.

Desde la pequeña barca de remos, pasando por el barco a motor ruidoso que lucha atrapado entre los jacintos de agua, hasta las barcazas cargadas de una montaña de arena y los ferries donde se amontonan peatones y todo tipo de vehículos, toda esta flota cohabita al ritmo de las mareas.

Descubrir el delta del Mekong es comprender el papel esencial que este río juega en todos los sectores económicos del país y la capacidad del pueblo vietnamita para domarlo y optimizar todos sus efectos.

Guide francophone Xuan Huy (AucoeurVietnam)